martes, 24 de marzo de 2015

JULIA, MARTINA Y SOLEDAD.


JULIA, MARTINA Y SOLEDAD.

¿Cuántas lágrimas tendrán que derramar más para que se les tenga en cuenta?

¿Qué más hace falta para que su historia importe?

Una casa llena de recuerdos, de amor, de dificultades… Un hogar. 

Hoy otros deciden que ya no es suyo. 

¿Cómo alguien ajeno puede entrar a violar tantos recuerdos e intentar arrancarles de ellos?

¿Cómo se puede permitir que un Gobierno apoye arrasar la vida de una familia?

Julia, Martina y Soledad. 

Tres generaciones de mujeres unidas en el llanto.

Tres generaciones de mujeres que sólo se han tenido a ellas mismas. 

Hoy, una mano las empuja a la calle sin permitirles quejarse.

Hoy, saben que su vida acaba tal y como la conocen.

Y todo por un Tsunami de fuerza brutal permitido legalmente. 

Julia, Martina y Soledad. 

Tres generaciones de mujeres arrojadas a la calle. 

Tres generaciones de mujeres incapacitadas a pagar el precio que otros desde arriba nos han impuesto.

¿Qué será ahora de ellas?

¿Cómo podrán salir adelante, una anciana, una madre y su hija?

¿Qué podrán hacer a partir de ahora, tres mujeres que no han hecho más que trabajar durante toda su vida?



Julia, Martina y Soledad son sólo tres mujeres inventadas para mostrar una pequeña parte del horror al que se enfrentan día a día familias en nuestro país. La realidad es mucho más horrible de lo que se pueda llegar a vislumbrar en estas líneas. 

Un país en el que da igual dejar a ancianos en la calle. En el que alguien decide por ti que lo que ha sido tu hogar durante toda la vida de repente les pertenece. 

Éste, para mí, no es mi país. 

Que no me hagan sentir como parte de algo tan vergonzoso. 

Espero que en algún momento, las personas nos juntemos para un cambio real. Para un lugar de convivencia digno, donde no falte la comida a los niños, donde nadie pueda echarte de la casa que has construído durante toda tu vida, donde no se deje morir a la gente por no querer dar medicamentos, donde los ricos no roben el dinero de los pobres… 

Tal vez sea soñar mucho, pero aún tengo esperanza en el hombre.


Os dejo dos enlaces a dos canciones que me mueven mucho por dentro (y dos fragmentos que mejor representan este horror), sobre este tema de los desahucios:



"Y soplarás y soplarás", gritaban todos,
"y no se moverá un tabique de esta casa".
"Y soplaré y soplaré", gritaba el lobo
y toda la calle estallaba en carcajadas.

Y poco a poco el lobo con su comitiva
abandonaba cabizbajo el desalojo.
Es la marea la que sopla ahora la herida,
no la codicia implacable de los lobos.

ISMAEL SERRANO - LA CASA Y EL LOBO




“Quedate las llaves
Por si no lo sabes
Yo me quedo el llanto
A ver como puedes con unos papeles
Desahuciar mi canto “

PABLO LÓPEZ - MI CASA




David Pallás.



4 comentarios:

  1. DESAHUCIOS. Degradada y desnuda la dignidad, la emoción, roto el canto del alba. Destronada la salud de cuerpo, alma y mente del ser humano que ha de quedarse en la desolación al amparo de la calle Tan solo les queda a los desahuciados el horror y el llanto. ¿Se forma así una sociedad cuando los niños son el futuro, con hambres, carentes de esa dignidad que como seres humanos tienen el derecho por haber llegado a este mundo? ¿Se paga así a una sociedad de humanos ancianos que dieron el valor de su propia existencia?

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  2. me quedo con la primera frase (teniendo en cuenta que el resto del texto es muy bueno)... pero es que es eso... ¿cuánto más "tienen" que llorar?... como si no fuera suficiente lo mal que lo "están" pasando YA para que no se actúe....

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    1. para que se actúe.. el no sobra.. sorry, sólo llevo 1 café y 0 sugus... ;)

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    2. Hola!! No había visto tus comentarios, perdona. Es vergonzoso, no sé por qué nadie para este infierno que tienen que vivir... Es horrible... En fin, tú qué tal?

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